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Rutas guiadas a las cuevas de los Maquis en Liébana y Peñarrubia

Disfruta de una actividad única, que aúna historia, naturaleza y deporte, realizando una ruta guiada hasta alguna de las cuevas que sirvieron como refugio a los guerrilleros antifranquistas de la comarca de Liébana.

Las cuevas de emboscados de Osina (Peñarrubia), y cueva de Juanín (Vega de Liébana): un producto guiado que se va a poder contratar a través de los guías y las empresas de turismo activo.

La actividad de visita a ambas cavidades en la comarca de Liébana constituye una innovadora experiencia que combina el senderismo, el turismo activo deportivo y la inmersión en una etapa relevante de nuestra historia reciente, los años de la posguerra española. Todo ello en un medio natural intacto, sin tránsito previo de personas salvo los emboscados en aquella época. Situadas en zonas poco accesibles, en Peñarrubia y Vega de Liébana, son actividades exigentes físicamente que, sin llegar a constituir una vía Ferrata, sí que exigen el autoaseguramiento en algún punto concreto de cada trazado.

En el corazón del desfiladero de La Hermida, en la localidad del mismo nombre, La Hermida, se encuentra una cueva que sirvió de abrigo para «los del monte». Ascendiendo por la Canal de Osina y con el telón de fondo de la cima de Cueto Dave, se llega a una cavidad relativamente amplia y que cuenta con un acceso por el monte, para subir y bajar de la cueva. Esta característica, junto con la dificultad para acceder hasta ella, hacían de este abrigo natural un emplazamiento ideal y frecuentado por los emboscados, especialmente por los de Bejes, Tresviso y La Hermida.

En el municipio de Vega de Liébana, en el monte La Viorna, en una ladera se encuentra otra cueva de muy reducidas dimensiones que era utilizada por el legendario emboscado lebaniego Juan Fernández Ayala, Juanín, cuando se encontraba por la zona cerca del lugar en el que se crió. Su emplazamiento, acceso y dimensiones, apenas  un cubículo para no más de una  persona, nos habla de la soledad y estado de alerta en los que tuvo que sobrevivir Juanín en el monte durante más de una década.

Contexto general

¿Quiénes fueron los llamados los del monte,
maquis o emboscados?

La palabra proviene del vocablo francés maquis, que viene a su vez del italiano macchia, que equivale a paisaje de arbustos, matorrales. En Francia se comenzó a usar para denominar a grupos de guerrilleros de la resistencia francesa contra las fuerzas de ocupación alemanas en la Segunda Guerra Mundial que se escondían en zonas montañosas o bosques.

En España hasta el año 1944, a los huidos al monte organizados en guerrillas se les conocía como «guerrilleros», «los del monte», «fugados», «fuxidos» o «emboscados» entre otros. A consecuencia de la fracasada invasión del Valle de Arán y las subsiguientes infiltraciones de partidas dispersas hacia el interior de España por hombres venidos de Francia, se difundió por toda la península el vocablo maquis. La historiografía la ha adoptado como la más conocida designación a los guerrilleros, aquellos hombres que resistieron en el monte contra la dictadura de Franco. En Cantabria estas personas eran más conocidas como emboscados.

En febrero de 1939, el gobierno franquista de Burgos emitió la Ley de Responsabilidades Políticas, por la que cualquier persona u organización que no se hubiese sumado al golpe militar de 1936 había cometido un delito por el que podía ser detenida y juzgada; fue el instrumento jurídico para la represión y lo que obligó a muchos a huir al monte; en un primer momento para salvar su vida y después, con una guerrilla organizada, intentar la intervención de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, para desalojar al gobierno golpista de España.

Los maquis son aquellas personas, restos de una derrota, la que sufrió la República por el fascismo, que después de sufrir vejaciones en las cárceles y/o torturas en los cuarteles de la Guardia Civil se echaron al monte y ya no tuvieron oportunidad de bajar. El rasgo común y predominante era su carácter de luchadores antifascistas, que luego en algunos casos les llevaba a convertirse en bandidos o simplemente en huidos, pero su bandera era la de la República y su legitimidad su resistencia a la dictadura.

Según cuenta Antonio Brevers en su libro «Juanín y Bedoya. Los últimos guerrilleros», «la guerra civil española entre los dos bandos, y la posterior posguerra, también fue la oportunidad de dar rienda suelta a sus venganzas personales; intrigas familiares, deslindes de terrenos, problemáticas herencias, viejas rivalidades, envidias vecinales de diversa índole, etc. que podían llevar a algunos a la cárcel por denuncias falsas». Algunos de aquellos hombres no quisieron aguantar más aquella situación y cuando tuvieron oportunidad se echaron al monte. El historiador Secundino Serrano afirma que la guerrilla tiene sobre todo su origen en la durísima represión que hubo en la posguerra española sobre los republicanos, «sin dictadura no habrían existido los maquis», afirma.

Y a pesar de la dureza de ese tiempo de posguerra, o precisamente por ese motivo, la figura de los maquis o emboscados también estaban impregnados de un halo de leyenda, especialmente para los niños. Para ellos eran mitos vivientes, los guerrilleros del bosque que vivían aventuras peligrosas, auténticos héroes. Para ellos el precio que tenían que pagar si eran capturados, la cárcel, los duros castigos físicos o incluso la muerte, solo era un elemento más que hacía que su leyenda se agigantara.

El historiador Francisco Moreno afirma que la Guardia Civil dió a conocer un mínimo de 5.600 guerrilleros que actuaron en nuestro país tras la guerra civil, en la posguerra. Pero ahí no se han computado los primeros años, hasta 1943, ni tampoco los últimos. De igual forma no estaban los que lograron salir a Francia, ni tampoco los que fueron ajusticiados por la propia guerrilla, que se aproxima al centenar, por lo tanto, hablaríamos de que hubo en torno a 7.000 – 7.500 guerrilleros en España. Estas afirmaciones forman parte del testimonio del historiador Francisco Moreno, extraído del documental de RTVE «La Memoria Recobrada» (2006), en el capítulo 1 «Los del Monte», con Manuel Gutiérrez Aragón y guión de Alfonso Domingo y Antonio Brevers.

Muchos escaparon a Francia cuando vieron que su acto de resistencia era inútil, que esa era una batalla perdida, otra más después de perder la guerra civil. Unos pocos se quedaron.

En Cantabria se mantuvo activa la guerrilla hasta 1957, cuando fallecen los últimos guerrilleros ambos abatidos en sendos encuentros con la Guardia Civil, Juan Fernández Ayala, Juanín, el 24 de abril en Vega de Liébana, y su lugarteniente Francisco Bedoya, el 2 de diciembre en el entorno de Islares.

Descubre las cuevas de los Maquis en Liébana y Peñarrubia

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